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lunes, 1 de marzo de 2010

Nuestra historia

Quizás en estos momentos en que la diatriba política se ha convertido para algunos en un escenario inexplicable y confuso, atosigante, en dados casos, por aquello de que la política es una Ciencia y hasta un Arte, es posible que la retrospectiva del tiempo nos dé alicientes para definir con serenidad las esperanzas que no se pierden.

Estamos convencidos, entonces, que mirar la historia tal cual como nos ubicamos, o ubicábamos, para atender con agrado o placer los cuentos o las leyendas, o sobre los hechos que nos contaban, o nos cuentan, debe ser la postura expedita para calibrar con tranquilidad lo explosivo de estos tiempos. Siempre lo hemos dicho: la historia es un aliciente. Vista desde la perspectiva de un comentario de camino la historia se hace agradable. Cuando en nuestros tiempos estudiantiles, y los de ahora también, la historia institucionalizada se perfilaba como una tarea obligada y sujeta a reprimenda dejaba la secuela de un sentimiento reprimido y tendente al olvido. Toda tarea obligada y expuesta a ser una carga o un castigo, trae necesariamente, en nuestro subconsciente, una actitud de rechazo y, por supuesto, como lo dice la Psicología, un estímulo que se extingue. La enseñanza de la historia, desgraciadamente, en nuestras escuelas ha tenido esta actitud y los maestros, en su mayoría, que así la aprendieron así la siguen enseñando, pues es su tarea. Pero, repito, la historia desde otra perspectiva es un aliciente. Cuando uno la asume sin la pesadez de la tarea obligada, la postura es otra. Es como si nos echaran el cuento, se convierte, -y aquí me acuerdo de aquella, mi maestra de cuarto grado en la "Ricardo Labastidas", Sara Lozada Febres, en su clase de historia-, en una amena y "silenciosa tertulia", en un agradable "soliloquio a voces". Basta leer las exposiciones en los libros, en la prensa, desde esa perspectiva y se siente el gusto. Por eso siempre hemos creído en la gran dimensión de la prensa, en la capacidad para proyectar ese sentimiento que contribuye a descargar lo abrumante de la diatriba cotidiana. Por eso hemos acudido a este medio para exponer lo que hemos logrado descubrir: lo hermoso que es nuestra historia, la historia trujillana.

Cuando hurgamos en los anaqueles de nuestras bibliotecas para buscar sobre la historia de Trujillo la riqueza es increíble. Periódicos de antaño recogen infinidad de datos, de información que es hasta egoísta y lastimoso que se consuman en la indiferencia. Nuestra historia, según se aprecia, aparece allí oculta a veces hasta negando la ocurrencia de hechos significativos, de mujeres y hombres cuyas inquietudes, con su granito de arena, dieron gloria a nuestro estado en sus tiempos. Son ejemplos valiosos que bien vale la pena traerlos para alimentar nuestro orgullo regional. Columnas de opiniones interesantes, informaciones de acontecimientos significativos, profusa laboriosidad literaria y, sobretodo, la historia graficada hacen de esa oculta información una riqueza que debe ser expuesta para complacencia del trujillano. Especialmente la historia graficada es más que elocuente para resaltar en muchos las añoranzas del pasado, -¿quién no disfruta, por ejemplo, con "El baúl" de Andrés Ocanto?-, pero es que en la prensa de ayer hay una riqueza de historia graficada que resulta gratificante desempolvarla, es una evidencia que no deja duda. Para esto, nada hay más expedito que el camino de la prensa por su aporte directo e inmediato. Por ello hemos estado agradecidos a la prensa regional cuando nos ha abierto las puertas para hacer copartícipe al trujillano de esta inquietud. Hoy tenemos que agradecerles por alentar nuestro interés en que el trujillano adquiera en estos momentos, repetimos, la retrospectiva de los tiempos gloriosos, especialmente, de Trujillo para, a través de ellos, mantener las esperanzas de un futuro mejor. Concejo Municipal de Valera. Este edificio fue derrumbado para dar paso a lo que es hoy el edificio moderno donde funciona la actual Alcaldía de Valera. Fue construido en 1883, "siendo Jefe del Distrito el señor Juan Ignacio Montilla.bajo su inmediata dirección, por el arquitecto José María García. El salón principal fue pintado por el señor profesor Luis Fontana", según nos lo cuenta Rafael Gallegos Celis. También señala que la parte baja servía de cuartel y de cárcel, constando de dos grandes patios (Gallegos Celis. Valera siglo XIX. Editorial Arturo Cardozo, Trujillo, 2007). La gráfica fue tomada por el Sr. Valeriano Diez y Riega, en 1934, y expuesta en "El Anunciador" -donde tomamos esta foto-, para esa fecha funcionaban allí las Oficinas Públicas, especialmente, la del Concejo Municipal y era su Presidente Juan Antonio Viloria.

Don Pedro Torres y su Radio "Trujillo". La emisora Radio "Trujillo" fue fundada el 4 de febrero de 1940 por Pedro J. Torres, por lo que hace días cumplió 70 años siendo una de las emisoras, conjuntamente con Radio Valera, Radio Turismo y Radio Boconó, emblemas de la región trujillana.

Don Pedro, un emprendedor comerciante, había nacido a finales del siglo XIX en la ciudad de Trujillo. Inicia sus estudios con el insigne educador Jesús Salas pero comienza a despuntar como comerciante en 1912 cuando monta una pulpería. El periódico "Provincia" de diciembre de 1949 escribió que la Compañía que hoy constituye el Bar "Buenos Aires" y "Radio Trujillo" comenzó con la cantidad de "cuarenta bolívares y unos armatostes". Que Laudelino Mejías fue socio "con la cantidad de 20 pesos", pero, dedicándose por entero a la música, dejó los negocios, continuando don Pedro al frente. Hombre de inquietudes sociales participa de una iniciativa benéfica, desde su local, llamada "La gota de leche", el 17 de mayo de 1939, donde se repartía a las familias más necesitadas su litro de leche, programa que duró muchos años. Como fundador del Club "Cruz Carrillo" de Trujillo departía con su grupo de allegados para las tertulias, especialmente con Laudelino Mejías, Humberto González Albano y Aparicio Alarcón. En la rama política acompañó, en 1942, al entonces gobernador Numa Quevedo en su condición de Tesorero General del Estado. Entre sus iniciativas figuró la de comenzar el Complejo Turístico de la aguas termales de Motatán, pero, su desavenencia con el general Baptista lo hizo desistir. Sin embargo, hombre de inquietudes y con el sueño de ser locutor obtuvo su mejor logro profesional: crear la Radio "Trujillo".

Esta emisora, repetimos, es una obra emblemática de la región imbricada exclusivamente en el alma de la capital trujillana. Servir de vocero de la problemática de la región era una tarea. La lucha contra la lepra tuvo con Teresa Troconis, en 1950, su honda radial, igual la lucha contra la tuberculosis con el Dr. Alirio Lomelli. Allí cantó Panchita Duarte sus primeras mejicanas. Aquel programa curioso de Oscar Salazar: "Como amaneció Trujillo" tuvo su gran audiencia, sobretodo, porque se trataba de la crónica social diaria de las trujillanas. Y muy escuchado fue el programa que dirigía la hija de don Pedro, Luz Marina (quien aparece en la gráfica), conocido como: "Sobre mesa musical".

Don Pedro, apoyado por su eterna compañera Margarita de Jesús de Torres, con quien procreó 10 hijos, concluye la entrevista que le hiciera la Revista "Burate", editada en Niquitao, en 1965, con lo siguiente: "Servir con la mayor honradez a la colectividad trujillana ha sido siempre su meta como comerciante y cree que la base para lograr buenos negocios es cumplir con sus compromisos".

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